
Los pensamientos intrusivos son ideas, imágenes o impulsos no deseados que aparecen de repente en la mente de una persona. Suelen ser perturbadores, angustiantes o contrarios a los valores y creencias de quien los experimenta.
Estos pensamientos pueden ser de diferentes tipos, como:
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Violentos: miedo a hacer daño a alguien, incluso sin querer hacerlo.
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Sexuales: ideas inapropiadas o perturbadoras.
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Religiosos o morales: dudas obsesivas sobre la propia fe o moralidad.
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De miedo o catástrofe: imaginar que algo terrible va a suceder.
Son comunes en la mayoría de las personas y no significan que alguien quiera actuar según esos pensamientos. Sin embargo, si se vuelven repetitivos y generan ansiedad o afectan la vida diaria, pueden estar relacionados con trastornos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o la ansiedad generalizada.
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